Vecinos achacan al alcalde "terror a bajar a los barrios" para escuchar sus problemas


Críticas por la falta y carestía de pisos protegidos, acusaciones de haberse puesto del lado de la empresa Urbaser en la huelga de los trabajadores de la limpieza por un sueldo digno, dos meses intentando una mujer mayor "que el alcalde me reciba en audiencia", críticas al elevado coste del nuevo coche de alcaldía (81.000 euros) y censura al número excesivo de cargos de confianza.

Ciudadanos ligados a su barrio, a la asociación de vecinos de Zarzaquemada, al PCE, a los Jóvens de CC.OO... lanzaron 25 preguntas al alcalde, Rafael Gómez Montoya, ayer en un acto celebrado en el centro cívico Júlián Besteiro. Muchas de ellas protestando por la falta de gestión socialista en la ciudad.

Montoya mantuvo el tipo, aunque durante 2 horas y media no dejó de jugar con su teléfono móvil, parpadear hasta el exceso, poner cara de póquer y mostrar que no estaba cómodo. "No creo que sea una encerrona", dijo, en referencia al acto sobre gestión municipal, y es que defendió que "estoy poco en los despachos. Siempre estoy a pie de calle escuchando a los vecinos".

Hubo risas cuando dijo esto y críticas cuando el alcalde se rio de un ciudadano que le reprochó el elevado coste de su nuevo coche C-6.

Ángel Sánchez, de la AVV Zarzaquemada, criticó que los políticos estén tanto tiempo en el despacho y no bajen a la arena a hablar con los ciudadanos. "Hay terror de los responsables municipales a bajar a los barrios", señaló quien pide más "participación ciudadana" y no solo votar cada cuatro años. "No estamos de acuerdo con la gestión en los despachos", finalizó mientras Montoya no sabía hacia dónde mirar.

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